Las patatas
Las patatas

Las patatas


Las patatas son para mi imprescindibles en la cocina y la mejor manera de tener patatas de calidad es cultivarlas uno mismo.

A finales de otoño trasladamos al terreno el estiércol que hemos tenido envejeciendo y lo extendemos sobre él, éste se irá degradando y el terreno lo irá admitiendo, pasaremos el motocultor un par de veces para mezclarlo y después de las últimas heladas aproximadamente sobre el 20 de Marzo, procedemos a plantar las primeras patatas tipo Kennebec   y  Red Pontiac.

Las patatas las hemos cortado el día anterior en tres o cuatro trozos cada una, respetando los hijos. Éste año plantaremos las patatas en varias fases, para disponer de patatas frescas la mayor parte del año, esto quiere decir que a finales de Abril, volveremos a plantar.

Añadimos ceniza obtenida de la madera quemada durante el invierno en la chimenea de casa, en los surcos de las patatas y colocamos estas con el corte hacia abajo, separadas unas de otras por cuarenta centímetros de distancia, luego las tapamos con aproximadamente quince centímetros de tierra. Y esperamos que la madre naturaleza haga el resto del trabajo.

Yo no las riego hasta que la plantita está crecidita, al menos un mes después de la plantación.

Deberemos ir añadiéndole tierra, al tiempo que retiramos las malas hierbas, para que las patatas no queden descubiertas, ya que esto las pondría verdes y tóxicas.

Veintidós días tras la plantación, las primeras plantitas de las patatas, rompen la tierra en su búsqueda de la luz solar.

La mayoría de la gente que conozco sulfatan las patatas varias veces, yo no lo hice nunca, prefiero arriesgarme a tener una mala cosecha, pero respeto que lo hagan.

Solanum tuberosum, de nombre común papa (América, Canarias y el sur de la España peninsular) o patata (resto de España), es una especie herbácea perteneciente al género Solanum de la familia de las solanáceas, originaria de la región que comprende el altiplano sur del Perú.​ Fue domesticada en el altiplano andino y en las cercanías del lago Titicaca por los habitantes de esta región desde hace unos ocho mil años. En el siglo xvi comenzó a ser trasladada a Europa por los conquistadores españoles quienes la consideraban una curiosidad botánica y no una planta alimenticia. Su consumo fue creciendo, aunque al principio como planta forrajera y de jardín por sus flores; su uso gastronómico se expandió a todo el mundo desde el siglo xviii gracias a los escritos agronómicos del francés Antoine Parmentier y del irlandés afincado en España Enrique Doyle, hasta convertirse en uno de los principales alimentos del ser humano.  seguir leyendo….

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